Pages

Ads 468x60px

jueves, 1 de enero de 2015

El amor, cuando no muere, mata

Este año, he dejado cosas muy grandes en mi vida, sobre todo vicios tóxicos, y si, eso también se aplica a personas.

El 2015 empieza de una forma rara, digamos que aún no estoy acostumbrado a todo lo que se me viene encima, pero por suerte me estoy haciendo a ello bastante rápido. Estoy recuperando aquellas neuronas que se me quedaron por el camino de esos vicios tóxicos que describía anteriormente.

Quedan muchísimas toxinas, que por desgracia, creo que tardaran un poco en irse. Tiempo al tiempo, puesto que esto no es algo de dos días. Por suerte tengo personas a las que importo y las cuales me ayudaran a solucionar toda esta mierda que me traigo entre manos desde hace tiempo.

Aún sigo acudiendo aquí para desahogarme, puesto que no me queda otra cosa que esto, gritar y patalear.

Duele más de esta forma, duele más ahondar en ti mismo y darte cuenta de tus propios errores, que evitarlo con un porro y la mente en blanco. Claro está que la primera forma es más productiva, siempre que sepas controlarla.

Todavía estoy recapacitando errores de todos estos años y joder, ¡vaya cantidad de trabajo que me he dejado! También estoy sacando las conclusiones debidas de esas personas que me rodean, todo eso que hacían y que me resbalaba. Lo dicho, una cantidad de trabajo ingente.

De lo que realmente me alegro es haber tirado mi viejo 'yo' por ahí, ya era hora, puesto que la mayor toxina era yo mismo. Volverme más exigente conmigo mismo era una asignatura que se me había quedado retrasada durante mucho tiempo.

Decir que me alegro, que estas palabras las podría decir en cualquier época del año, sin embargo, otra gente no podría decir lo mismo, puesto que esto sería su carta de propósitos para el nuevo año.

Au revoir bitch.