Todas mis lágrimas no han servido de nada, todos los trocitos de mi corazón se esparcen, y solo me queda contemplar el panorama, a esperar... Ni a nada, ni a nadie.
El horizonte cada vez se estrecha más hasta que desaparece en un vacío total y oscuro, en el cual yo quedo sepultado y enterrado, ya no hay nada que hacer. Esas palabras se clavan en mi corazón como espinas, y que inyectan un dolor agudo en mi... Tal vez los problemas cada vez no me afecten tanto y vayan a menos, hasta que sea como un trozo de hielo... Quien sabe si alguna vez acabaré tan resignado y tan cansado de recibir palos y sufrir, que acabe por quitar mis sentimientos de dolor y sufrimiento y acabar como algo tan insensible... Estúpido sentimiento, estúpida melancolía y estúpido mi corazón por ser tan irracional de seguir haciéndome daño... Te odio.