Y no sé porque, rompo a llorar.

Estas lágrimas, me demuestran que sigues estando ahi... Por dentro, que te añoro.

Porque será este maldito dolor, me estaba acostumbrando a estar mal, pero aun quedan fragmentos dispersados por mi interior...

Una mirada atras...

Sé que por mucho que haya cambiado, que aunque siga cambiando, todo queda en mi interior, grabado con fuego, con amor, con dolor... Pero ahi queda, grabado e inborrable.

La música suena al compás de un tango fúnebre, palabras que se esfuman como el humo de un cigarro. Mis corazón lo nota, es nostalgia.

Ya no puedo escuchar las canciones que escuchaba antes, ya no puedo sentarme y esperar. Soy estúpido y me maltrato por ello.

No quiero dejar escapar, soltarme de la mano a la persona que quiero, pero son fantasmas los que tiran de mi mano, esos malditos fantasmas, creados por mi mente y que juegan a hacerme pasarlo mal....

Mi malestar conmigo mismo no para, solamente cuando te veo sonreir, te escucho, te siento en mi interior... Sólo sé que te quiero y que nadie me quitará eso, NUNCA.

Aliento frágil

Mi aliento, se vuelve cada vez más vacío y apurado, por tal de conseguir oxigenar mis ideas, pero cada bocanada no consigue hacer que mis ideas se aclaren.

Todo es un mar de confusión, dar el todo por el nada, esforzarse, exprimir la última gota en lo que tanto queremos, en lo que tanto deseamos, pero vemos que todo ese esfuerzo es tirado, arrojado a la basura, a lo más profundo...

Esta sensación de impotencia, de haberlo dado todo, nuestro máximo y no conseguir nada a cambio, por ello nos sentimos estúpidos, incapaces, furiosos... ¿Y todo para qué? Ya no me quedan fuerzas para un segundo intento. Ya mis brazos caen, mi respiración es intensa y no consigo ver con claridad lo que tengo delante... Esta sensación hace que me tire al suelo y recoja un poco de aire para poder levantarme...

Mi mente, inquieta y a la vez vacía trata de comprender la situación y todo acaba en un suspiro... Simplemente me levanto y sigo.