Todo es un mar de confusión, dar el todo por el nada, esforzarse, exprimir la última gota en lo que tanto queremos, en lo que tanto deseamos, pero vemos que todo ese esfuerzo es tirado, arrojado a la basura, a lo más profundo...
Esta sensación de impotencia, de haberlo dado todo, nuestro máximo y no conseguir nada a cambio, por ello nos sentimos estúpidos, incapaces, furiosos... ¿Y todo para qué? Ya no me quedan fuerzas para un segundo intento. Ya mis brazos caen, mi respiración es intensa y no consigo ver con claridad lo que tengo delante... Esta sensación hace que me tire al suelo y recoja un poco de aire para poder levantarme...
Mi mente, inquieta y a la vez vacía trata de comprender la situación y todo acaba en un suspiro... Simplemente me levanto y sigo.
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