Ese momento, en el cual me pongo en mi balcón siempre entre las 3 y las 6 de la mañana, es ese pequeño momento, en el cual me paro a pensar en todo el día y digo, joder... Vaya día, sea malo o bueno, siempre me sorprende un poco haber acarreado con ese día.
Sin embargo, cuando no tengo ese momento, cuando me tumbo en mi cama, me siento vacío, aunque piense en ese día desde mi cama no es lo mismo, no es lo mismo que ver toda la calle, vacía y sola desde todo lo alto, es totalmente diferente, me siento más fuerte y más poderoso, que tumbado en mi cama, en la cual me siento más indefenso, y cuando cierro ese balcón, al entrar a mi habitación es como si todo eso desapareciese y volviese a estar indefenso.
Me da nostalgia pensar que dentro de poco no lo voy a poder hacer tan a menudo debido a mis clases y madrugones, pero aun así, me alegro de que haya tenido esos momentos, ya que son en los cuales puedo pensar fríamente en todo y sacar una conclusión más clara, que haciéndolo en el mismisimo instante, hoy, lo volveré a hacer, ¡espérame balcón!
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